COVID-19, Espacios seguros y la mujer del César

Asegurar al usuario la percepción de que su estancia es segura será más importante conforme avance el tiempo. Más allá de las medidas de choque para desinfectar espacios que todos los sectores están implementando para la reapertura, el diseño de interiores se enfrenta al reto en los próximos meses de reconstruir la confianza, de volver a construir la sensación de estar como en casa, cuando nos alojamos en un hotel, vamos a la oficina, al hospital o a la escuela. Esperamos que Bolon les ayude a reconstruir esta confianza y generar experiencias memorables.

Poco a poco el mundo vuelve a cobrar ritmo y se prepara para retomar su actividad en las próximas semanas. Desde hace días nos inundan los artículos sobre las medidas que se deben tomar y las acciones a planificar para poder reabrir puertas. Por ejemplo, en el caso de la industria hotelera, recientemente el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) lanzó el sello Global Safety Stamp para aquellos destinos turísticos que adopten sus estándares y medidas de higiene para proteger la salud de los viajeros, entre cuyos primeros elegidos están Cancún y el Caribe mexicano.

Entre los protocolos de higiene y sanidad tras los periodos de cuarentena por la pandemia de COVID-19, destaca la distancia entre personas, el uso de mascarillas, y todo lo relativo a la sanitización de superficies, incluidos los pisos. En esta primera fase de retorno a la actividad Post COVID-19, los pisos deben ayudar a crear en el usuario la percepción de seguridad. Veremos a gente desinfectando los suelos con limpiadores alcalinos, alcohol o incluso, si el piso lo permite, con agua con altas concentraciones de lejía/blanqueador para que el espacio “huela a desinfectado”.

Los pisos en esta fase deben también ayudar a zonificar áreas de espacios compartidos, identificando puntos de espera, delimitando espacios, dirigiendo el sentido del tráfico de personas y apoyando con señalética a respetar las medidas de distanciamiento e higiene. Una vez superada esta etapa, es clave centrarse en cómo explicarle al usuario que su estancia es segura y entender qué va a necesitar para volver a recuperar la confianza.

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No bastará con cumplir la normativa. Al igual que le sucedía a la mujer del César, además de serlo (un espacio seguro), habrá que parecerlo. Sin renunciar al diseño y al confort, la sensación de higiene y seguridad deberá estar presente, deberá vivirse y, no nos confundamos, no tendrá que ver ni con olores a lejía/blanqueador, ni con ver a gente limpiando, porque todo esto lo único que hará será recordarnos que estamos en una situación de riesgo. 

La sensación de higiene y seguridad deberá construirse y transmitirse con sutileza, como un buen mesero que atiende la mesa sin hacerse notar, y tendrá que ver, por ejemplo con la percepción de que el piso no guarda suciedad (ni mucho menos moho, gérmenes o bacterias), que no huele a polvo o a humedad, que es apropiado para asmáticos y alérgicos, o con la calidad del aire interior. Sólo si desde el diseño de interiores se es capaz de reinventar la experiencia en profundidad más allá de las medidas de choque, será posible que los usuarios vuelvan de verdad. En este camino para satisfacer las expectativas de higiene y seguridad del usuario, en el ámbito de los pisos, el gran damnificado será la alfombra tradicional que se verá desbordada por las ventajas de los pisos de vinilo tejido.

La marca sueca Bolon inventó la categoría de piso de vinilo tejido, y es el líder mundial en diseño e innovación. Los pisos Bolon representan una combinación inmejorable de diseño, durabilidad, sustentabilidad y facilidad de limpieza y desinfección. Los pisos Bolon son extremadamente fáciles de limpiar y mantener y se conservan en el tiempo casi como el primer día. Eso significa que cualquier derrame de café, vino, helado, manchas de chocolate, o incluso chicles, se limpian fácilmente, la mayor parte de las veces empleando solo agua. En caso de que se considere oportuno, se pueden desinfectar con alcohol o con una dilución de agua con lejía/blanqueador. A diferencia de la alfombra que tiene fibras expuestas, el tejido compacto e impermeable de los pisos Bolon garantiza que ni los líquidos ni la suciedad, los gérmenes, las bacterias, los ácaros, el moho o la caspa de las mascotas no penetra en la superficie

Bolon inventó el piso de vinilo tejido, y es el líder mundial en diseño e innovación. Nuestros pisos representan una combinación inmejorable de diseño, durabilidad, sustentabilidad y facilidad de limpieza y desinfección. Son extremadamente fáciles de limpiar y mantener y se conservan en el tiempo casi como el primer día. Eso significa que cualquier derrame de café, vino, helado, manchas de chocolate, o incluso chicles, se limpian fácilmente, la mayor parte de las veces empleando solo agua. En caso de que se considere oportuno, se pueden desinfectar con alcohol o con una dilución de agua con lejía/blanqueador. A diferencia de la alfombra que tiene fibras expuestas, el tejido compacto e impermeable de los pisos Bolon garantiza que ni los líquidos ni la suciedad, los gérmenes, las bacterias, los ácaros, el moho o la caspa de las mascotas no penetra en la superficie.

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Como el tejido no permite que los microorganismos vivan en él, nuestros pisos, además de inodoros, están certificados como antibacterianos e hipoalergénicos, aptos para usuarios con asma o alergias. Esperamos que Bolon les ayude a reinventar experiencias, a reconstruir la confianza y la sensación de que el usuario se sienta seguro.

Para más información sobre protocolos de limpieza y desinfección descarga la guía:

Antonio Sabater