Sustentabilidad, nuestra promesa y la historia de un sueño

Nuestro camino por el mundo deja una huella: anécdotas y sonrisas son muestras de que hemos vivido. Desafortunadamente, a nuestro paso también dejamos residuos que, en menor o mayor medida, afectan el equilibrio del medio ambiente.

Los grandes proyectos no deberían ser sinónimos de una montaña inmensa de desechos y daño ecológico. Por eso, mundialmente, diversas empresas de distintos giros han acordado una serie de estrategias coordinadas para proteger nuestro planeta. Uno de los eventos más emblemáticos de este proceso fue “El Acuerdo de París”, una reunión entre grandes naciones organizada por la ONU en 2015, donde se definieron las bases sobre las cuales se construiría el futuro.

La urgencia es clara: comprometernos con hechos y no sólo con palabras por el bienestar de todo el mundo. En Bolon realizamos una verdadera promesa que consta de objetivos fijos y acciones puntuales. Como meta principal tenemos que para el 2028 estaremos mucho más cerca del impacto climático cero.

Este propósito es parte de nuestro ADN: desde nuestra fundación, hace más de 70 años, Bolon ha sido un proyecto basado en la reutilización y la durabilidad; aún cuando las palabras “sustentabilidad” y “huella climática” eran lejanas al vocabulario común. Siempre nos ha definido la innovación, no sólo en cuanto a diseño se refiere, sino también en la creación, durabilidad y manufactura de nuestro producto.

El camino ha sido largo, pero hemos logrado importantes avances: fruto de nuestro trabajo, hoy contamos con múltiples certificaciones que avalan nuestro compromiso con el medio ambiente y la protección del futuro.

El mundo que imaginamos desde Bolon, es uno donde todo proyecto en el que participemos sea sinónimo de éxito y no de impacto ecológico.

Antonio Sabater